Son el eje sobre el que pivotará la acción de tu novela, y es esencial que los construyas bien, que estén bien perfilados y definidos. Por eso creemos que son tan importantes los consejos que te vamos a dar a continuación.

Lo primero de todo, y esencial, es que el personaje sea creíble. Evidentemente no te vamos a decir que crees a un superhéroe, pero sí que tengas en cuenta este detalle a la hora de recrear a un personaje normal. Las cosas que dice, las que hace, su manera de comportarse, de relacionarse con la gente… Esos detalles que pueden chirriarle al lector cuando menos te lo esperas. Que no te acusen de hacer personajes que nadie cree o que actúan como si de un personaje de película o de ese superhéroe que te mencionamos antes se tratara. Credibilidad. Eso le permitirá al lector identificarse con él. Y cuanto antes ocurra eso, mejor para ti.

Procura inculcar la personalidad que deseas a cada uno de ellos. Eso dará una gran riqueza de matices a tu novela. No se trata de tocar los tópicos: el bueno, el malvado, la chica de la que se enamora el protagonista… Más bien consiste en darles “vida”, que sientan por sí mismos, que desarrollen una forma de ser particular que les diferencia de los demás. Si lo consigues, tienes mucho ganado.

Asimismo, no busques la perfección en tus personajes. ¿Acaso existen las personas perfectas? No, ¿verdad? Entonces, ¿por qué hacerlo en la literatura? Si lo que pretendes es que tu novela sea un fiel reflejo de la realidad, entonces te quedará claro que tus personajes tendrán que exhibir sus virtudes y defectos, como cualquier persona. Lo cual, volviendo al punto primero, los hará más creíbles y hará que tu novela gane más cuerpo.

Pero existen muchos más consejos como éstos que te acabamos de dar. En próximas entregas ahondaremos en el particular. Todo sea porque los personajes de tu novela enamoren a muchos lectores.